La sociedad japonesa es muy interesante, curiosa y realmente diferente a la nuestra. Mucho más avanzados que nosotros en muchos aspectos, con una gastronomía muy peculiar, un sentido del humor complicado e ilegible para los occidentales, una cultura de entretenimiento basada en antiguas costumbres y arte tradicional que se fusiona en muchos casos con la más alta tecnología, videojuegos e internet, sobre todo mucho internet, televisión y películas... sin olvidar su obsesión por los dibujos animados. Hay una gran industria concentrada únicamente en el manga.
Pero si algo me ha llamado realmente la atención de la cultura nipona es su visión sobre la sexualidad, desde luego en este aspecto, y tras leer y leer artículos sobre el sexo en Japón podría decir que su forma de vivir las relaciones y la sexualidad en pareja la encuentro muy contradictoria, liberal a la vez que tabú y machista... llevan algo tan natural a unos extremos un poco raros y difíciles de comprender al menos para mí.
La mayoría sabemos que la cultura oriental (sobre todo la japonesa) es una cultura “no touch” (no tocar). Para ellos las muestras de afecto en público no están bien vistas, se sienten incómodos exteriorizando los sentimientos, todo lo contrario a la nuestra, la española es famosa por su cariño, alegría y cercanía. Pues bien, siempre haciéndose eco de su impecable cultura respetuosa y pulcra, se escandalizan porque en una película salga una escena de sexo, o se vea algo más de piel que lo políticamente correcto, sin embargo la ciudad está plagada de locales que esconden las más oscuras artes amatorias. Os voy a poner algunos ejemplos (hay muchos más) de los "lugares de culto" que más me han llamado la atención, de nuestros queridos amigos del país del sol naciente:
-Terekura. O “Clubes de Teléfono”. Fomentan el primer contacto de muchas jóvenes con el mundillo de la prostitución. Los clientes, siempre hombres, van a estos clubes, se sientan en un cubículo que tiene un teléfono a esperar la llamada de alguna de estas jovencitas. Para las chicas, el número de teléfono es gratuito; es el cliente el que corre con los gastos de la llamada. Suele ser una de las formas más habituales para el “Enjo Kosai”.
-Salones Rosas. O “Pink Salons”. Son locales especializados en sexo oral. Están haciendo furor por sus precios casi ridículos. Son locales con baja iluminación donde cada cliente se sienta, y al cabo de un rato, una empleada se le acerca y le practica sexo oral. Al cabo de unos diez o quince minutos, se acerca otra chica diferente para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de tantas sesiones como el cliente haya comprado.
-Kaiten Zushi Baxy Club. Luces negras y música techno envuelven este club. Un lugar donde las chicas (con pintorescos nombres como “gamba” o “atún”) van rotando entre los clientes cada dos minutos, como si de un restaurante en el que desfila sushi se tratara.
-Gambo. Jueces, abogados, policías y demás tipos encargados de la ley y el orden acuden a este local. Allí pueden jugar a ser el poli malo de un interrogatorio. Todo vale para sacar a la inocente chica “todo lo que sabe”. La celda incorpora esposas, foco, y un suelo de espejo.
-Dayo Zenin Syugo. En el famoso hotel de Osaka puedes escoger una chica a la que usar como lienzo. Pintas con tinta y pincel tradicional sobre su piel, y antes de irse, la modelo estampará una huella de sí misma en un papel especial que puedes llevar a casa como recuerdo.
¿Es alucinante ó no? Pero ahí no queda todo. En su vocabulario la palabra porno está prohibida, ellos utilizan la palabra dvd (Japón es el tercer productor de pornografía en el mundo), pero si miras el buzón de sus casas, encontrarás gran variedad de panfletos con fotografías de chicas desnudas invitando a los hombres a usar servicios de prostitución a domicilio, y en el reverso animando a las mujeres a trabajar ofreciendo dichos servicios para la empresa que los anuncia.
Son todos unos expertos en el arte del disimulo, si bien el sexo por dinero esta prohibido, que dos personas, tengan sexo de común acuerdo no esta penado de ninguna manera, claro está. Así surgieron los locales de baño asistido conocidos actualmente como "soopurando". El servicio es claro como el agua, uno va a estos lugares y es aseado por una señorita que hasta utiliza su cuerpo en la faena. La empresa cobra por el trabajo de higiene, lo que pueda suceder entre cliente y empleada no le compete.
Una buena frase para dar fin a esta publicación es que "las apariencias engañan", una vez más...
Fuente: En Japón, Diario de una adicta al sexo.
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