miércoles, 19 de septiembre de 2012

5 exigencias sexuales después de los 30.

Los expertos coinciden, la mujer alcanza su plenitud sexual en la década de los 30, la experiencia acumulada a lo largo de su vida sexual es uno de los motivos principales de éste clímax treintañero. A esa edad la mujer ya conoce bien su cuerpo, gustos, reacciones, preferencias, puntos
 débiles... Se convierte en una "especia de experta" que no se anda con rodeos, sabe perfectamente lo que quiere, cómo, cuándo y de qué manera. Desarrolla un radar hormonal que intenta localizar a ese hombre con grandes habilidades, experimentado hasta la médula; y es que resulta que otro factor a tener en cuenta es el balance hormonal femenino que les ataca a los 30 años, y que le da a la testosterona un papel más importante en la bioquímica orgánica femenina, traduciéndose esto en un aumento de interés por la vida sexual.
Es lógico pues que llegada a esta edad y gracias a estos factores, la mujer demande ciertas exigencias que hace unos años pasaban desapercibidas, ó simplemente estaban en su segundo plano. Lo que antes no era prioritario en una relación, ahora resulta ser imprescindible, ya no se conforma con sentir, ahora quiere morir de placer. ¿Qué busca realmente?

1. Perfección: No me refiero con esto a la búsqueda del cuerpo perfecto. Sino a que es el momento de disfrutar del encuentro sexual en todas sus etapas: juegos preliminares, coito y orgasmo, sin saltarse ni un paso y sin ningún tipo de prisa.

2. Estabilidad: A esta edad la mayoría de las personas logran tener una estabilidad emocional que les permite tener una mayor calidad en las relaciones sexuales. La timidez y el tabú sexual se quedó en los 20, ya hay más apertura con la pareja para hablar sobre deseos y fantasías.

3. Exigencias: No es que la mujer se convierta en una cascarrabias, sino que se siente dueña de su cuerpo y sensaciones. Reclama cada una de las cosas que desea sentir, el sexo es suyo. Y si algo tiene claro es que hay más mundo que la penetración.

4. Su espacio: Dicen que hay que dar lo que se pide. A los treinta la seguridad es un factor latente, la mujer siente su independencia más que nunca. Quiere a su amante, pero necesita su libertad.

5. Factor sorpresa: Cómo hemos comentado la mujer busca estabilidad, pero huye de la monotonía. Esto no es para nada contradictorio, se pueden tener ambas cosas en muchos aspectos de la vida, y por supuesto en el sexo también. Un antifaz, unas esposas, un juguete para dos... pide vida en su cama.



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